👋🏻 Hey folks
Pararte un momento a pensar en el pasado intentando recordar cuál fue tu primer contacto con el diseño es un ejercicio que nos encanta. En muchas ocasiones resulta difícil, porque los recuerdos se mezclan y la memoria hace de las suyas, pero aún así tiene algo de mágico e inspirador.
Eso es lo que ha hecho esta semana nuestro compañero Alberto, cuya memoria le ha llevado nada más y nada menos que a las banderas, esas telas ondulantes cargadas de simbología e identidad que muchas veces pasan desapercibidas y otras son el centro de nuestra atención. 🌈
Vexilología y diseño de producto
por Alberto Cazalla
Mi primer contacto con el diseño fue a través de las banderas, es curioso tendría cinco o seis años y fue con un diccionario de la lengua española, entre sus finas páginas existían unas centrales satinadas a todo color donde encontrabas un listado cuadriculado de las banderas de todos los países del mundo, yo las dibujaba y redibujaba descomponiéndolas y transformándolas para crear nuevas.
Me gusta pensar ahora que ahí estaba todo lo que necesitaba para convertirme en diseñador, toda la terminología con la que podría comunicarme y construir una narrativa, y los principios de diseño empaquetados en pequeños rectángulos que representaban naciones.
Se pueden encontrar muchas similitudes entre las banderas y el producto digital; ambos están fabricados para comunicar, cumplen una función, han de ser entendidos y utilizados por su público y están diseñados, y para diseñarlos se han aplicado criterios de diseño que son compartidos:
Simplicidad y claridad, son clave para transmitir un mensaje eficaz, la eliminación de elementos innecesarios y la atención cuidadosa a la legibilidad aseguran que la información sea fácilmente comprensible.
El uso del color, uno de los principales recursos comunicativos y de mayor impacto, pueden contener significados y deben estar limitados y correctamente seleccionados y aplicados.
Equilibrio y proporción, la distribución de elementos visuales de manera armoniosa crea una experiencia agradable, una mejor comprensión y mayor legibilidad.
Pero tras estas similitudes técnicas (comunes también en otras disciplinas), aparecen otros aspectos sorprendentes que resaltan la intersección entre ambos campos:
Símbolos e iconos, en ambas disciplinas pueden ser ruidosos o altamente efectivos, correctamente usados aportan visualidad y reconocimiento.
Iteración y evolución, ambos están sujetos a evoluciones constantes, ya sea para reflejar cambios políticos o sociales, como para adaptarse a las necesidades cambiantes de los usuarios.
Representación de identidad, ambos buscan transmitir un sentido de pertenencia y conexión emocional con sus usuarios.
Me resulta curioso ver como dos disciplinas tan distantes en el tiempo comparten tales semejanzas, y me lleva a pensar y relativizar, que aunque diseñemos tecnología, aunque estemos diseñando el futuro quizá no estamos haciendo nada tan novedoso. Que la misma esencialidad que perseguían cuando se crearon las primeras banderas quizá sea la que tratamos de alcanzar hoy en los entornos digitales.
Y como sucedía en aquel libro en el que buscaba las páginas a color, me gustaría cerrar el post coloreando las banderas que para mí están en el top 3 (atendiendo a normas de la vexilología):
Japón, sencillez y minimalismo de forma y color, con una gran carga simbólica, el disco rojo representa el sol por lo que se la conoce popularmente como Hinomaru.
Chile, el mejor ejemplo de una bandera proporcionada, con una proporción de 2:3 dividida horizontalmente en dos mitades. La parte superior está dividida en 3, 1 azul y 2 blancas. La distancia entre el centro de la estrella hasta una de las puntas es la unidad mínima básica de toda la bandera.
Sudáfrica, rompe con muchos de los principios de diseño, con 6 colores tiene el record en una bandera nacional. Pero tiene una alta carga simbólica, la bandera a la que sustituyó estaba vinculada al apartheid, conseguía así unir a un pueblo muy dividido. Es un ejemplo de como aspectos técnicos pueden quedar superpuestos por los emocionales.
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Que no paren las novedades
Por fin la semana pasada llegó la esperada Config 2023. Y es que estábamos ansiosos por recibir novedades, como buenos frikis de Figma que somos. Así que os queremos compartir los highlights:
Más autolayout. Esta funcionalidad tan amada por muchos y odiada por otros sigue mejorando. Ahora podemos poner límites al hug y al fill de un elemento definiendo un máximo y un mínimo en el alto y el ancho. Y ojo, por fin ha llegado el esperado flex, donde los elementos saltan a la siguiente línea si no entran dentro de un contenedor.
Figma sigue añadiendo mejoras importantes al prototipado. Como curiosidad, ahora puedes tener una ventana emergente para ver en tiempo real tu prototipo, como tenía Principle en su día. 👀 Os dejamos aquí el playground que tienen donde podéis trastear todas sus novedades.
Dev mode. Parece que todo va en la dirección de que el handoff a desarrollo sea cada vez más fácil y entendible. Por eso, entre otras novedades, ahora tendremos un panel específico para que desarrollo pueda consultar los diseños.
Sobre las variables aún tenemos bastante que investigar. Ahora está en beta pero apunta maneras así que estaremos muy atentos. 🤓
Annie Albers
Al hilo del post principal de esta semana, hemos decidido rescatar a una artista textil cuyos diseños siguen luciendo en hogares de todo el mundo.
Los tejidos de Annie Albers eran obras de arte. Fue la artista textil más influyente del siglo XX, y la primera en recibir una exposición individual en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York. Su trabajo fue tanto tradicional como experimental: se basó en las técnicas de tejido de América Central y del Sur, pero también jugó con patrones y materiales, incluidos el plástico y el alambre. Pero por poco no se convierte en tejedora.
Nacida en 1899 en Berlín, solicitó entrar en la Bauhaus para estudiar cristalería o pintura. Pero esas clases no estaban abiertas a las mujeres por lo que, prácticamente a regañadientes, se inició en una disciplina a la que sí podía optar: el tejido. Como alternativa a la pintura decidió crear tejidos pictóricos y convirtió sus obras tejidas en grandes lienzos. Fue allí donde descubrió las posibilidades de una sola línea de hilo. Su pieza de graduación era una pared colgante para un auditorio: una pieza de arte decorativo, pero con una función práctica. Estaba hecha de algodón tejido con celofán para absorber más sonido.
Annie era jefa de tejido cuando la Bauhaus cerró bajo la presión del nuevo gobierno nazi en 1933. Se mudó a Estados Unidos con su marido, Josef. Ambos enseñaron inicialmente en el experimental Black Mountain College en Carolina del Norte. Después de la exposición individual de Annie en el MoMA en 1949, Florence Knoll le pidió que produjera textiles para la empresa de muebles Knoll, que podrían replicarse y venderse en masa como tapicería o tapices de pared. El tejido Eclat, uno de los más vendidos dentro de la empresa, fue diseñado y producido por Annie.
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