👋🏻 Hey folks
Efectivamente, como bien dice el título de esta newsletter, nos tomamos un descanso lo que queda de agosto para volver en septiembre con un espíritu de vuelta al cole.
Así que en esta última newsletter del mes queremos transmitirte vibras de verano. Empezando con un artículo muy especial en el que tres compañeras nos relatan su experiencia teletrabajando y descubriendo lugares muy especiales en tierras indonesias.
Y hablando de viajar, hemos preparado una recopilación de recomendaciones de libros para este verano (o para cuando puedas) y te traemos inspiración veraniega de la mano de tres fotógrafas muy top.
Nos vemos a la vuelta. 🌞
Bali? VALE!
por Vivi Serrano, Violeta Robla y Carla Pallarès
Imagina que estás en la fiesta que celebra tu empresa en Navidad. Es uno de esos momentos del año que esperas con mucha ilusión porque significa reencontrarte con tus compañeros a los que llevas mucho tiempo sin ver. Conversaciones de todo tipo conviven de manera simultánea en la misma sala de un edificio en El Retiro de Madrid: ‘qué bonita la camisa que llevas’, ‘qué ganas tenía de verte’, ‘por fin cerramos el concepto visual de x cliente’.. y entre todo este bullicio, alguien empieza a hablar de sus vacaciones frustradas a Bali, al parecer una amiga la dejó tirada y se ha quedado con muchas ganas de ir…
Da la casualidad de que en ese preciso instante, otra persona que pasaba cerca y escucha la historia dice:
-¿Y por qué no vas a ir? Yo me apuntaría…
Esta segunda persona se lo comenta a una tercera que, desde hace meses, lleva dándole vueltas a trabajar en remoto una temporada desde otro lugar del mundo. Pon que estas tres personas se llaman Vivi, Carla y Violeta y que esta newsletter va sobre el mejor “SÍ” que dijeron en 2023:
Vivi
Mi historia con Bali empezó un poco regular. Mi padre no entendía porqué me quería ir a la otra punta del mundo con 5 desconocidos a teletrabajar y comer arroz. Podía hacer lo mismo desde mi casita, con mis amigos, mi paella de los domingos y mi cuenta del banco intacta. Yo le dije: “Me voy para que me pasen cosas” y discutimos mucho, muchísimo.
Amo mi casita, mis amigos, mi paella de los domingos y mi cuenta bancaria, pero yo me fui igual. Si me hubiese quedado no hubiera salido corriendo a buscar una cafetería con wifi porque se cayó la línea en mitad de una reunión; no hubiera brindado con vodka con mis 5 desconocidos después de un día duro; no hubiera hecho yoga un martes a las 9 am sin tener yo ni idea de eso ni tendría el culo roto por interminables rutas en moto. Tampoco tendría las piernas llenas de heridas por los mosquitos, ni hubiera visto los mejores atardeceres de mi vida, ni hubiera tragado 10 litros de agua por ser tremenda surfista.
Y cuando volví 2 meses después con 5 amigos más, 4 kilos menos, heridas, un moreno envidiable y la cuenta bancaria temblando, ¿sabéis que me dijo mi padre? “Hija, ojalá yo hubiera podido hacer lo mismo”.
Violeta
Este agosto hace justo 2 años que empecé a trabajar en Mendesaltaren. Recuerdo que cuando decidí cambiar de trabajo, además de un cambio en mi carrera profesional hacia el diseño de producto, una de mis prioridades era la libertad. Quizás por venir de tantos meses de confinamiento, quizás porque sentía que en aquel momento no tenía apenas tiempo para mi misma (además de mis 8 horas laborales invertía 2 horas más al día en desplazarme hasta la oficina)… necesitaba libertad, y cuando me refiero a libertad no hablo de hacer lo que me diese la gana, sino de una libertad responsable.
Libertad de seguir viviendo en Barcelona por una decisión propia y no por una imposición, libertad para visitar a mi familia en cualquier momento del año y sin necesidad de coger días de vacaciones, libertad para poder invertir las horas de mi tiempo libre en cosas que me llenasen y no en desplazamientos interminables en tren. A fin de cuentas, libertad para vivir.
Esta libertad fue precisamente lo que me dio la oportunidad de hacer algo que rondaba mi cabeza desde hacía mucho tiempo: Conocer mundo y trabajar al mismo tiempo. Y por si fuese poco, tener la oportunidad de compartir esta experiencia con personas que en aquel Summit en el que todo empezó eran compañerxs de trabajo, pero a día de hoy son amigxs.
Tal día como hoy hace 2 años que empecé a vivir de verdad. ¿Dónde el próximo destino? :)
Carla
¡Nunca hubiera pensado que el teletrabajo cambiaría tanto mi vida!
Cuando Vivi nos propuso viajar a Bali no podía encajar mejor dentro de mis planes. Tenía claro que en este viaje tendría que lidiar con tres cosas: trabajar con una diferencia horaria de 6 horas, combinar el trabajo con el placer de viajar y convivir con mis compañeros con los que no había compartido más de 24 horas.
Debo confesar que, al principio, la diferencia horaria resultó ser todo un desafío. ¡Menuda montaña rusa! Estábamos tan ansiosas por aprovechar al máximo el día y descubrir todos los rincones que, por la noche, las últimas horas de trabajo se hacían eternas porque estábamos agotadas. Durante la primera semana aprendimos la lección: necesitábamos reducir el ritmo por las mañanas para también poder disfrutar del trabajo.
Cuando pasó la primera semana ya nos empezamos a acostumbrar al nuevo horario. Nos levantábamos y hacíamos yoga, desayunábamos en las mejores cafeterías de la zona y, al terminar, solíamos ir a la playa o disfrutábamos de la piscina en nuestra villa. Hacia la 13:00-14:00, nos duchábamos y, con la energía recargada, comenzábamos nuestra jornada laboral. ¿Suena bien, verdad?
Cuando terminábamos de trabajar, entre las 23:00 y las 00:00, nos gustaba compartir anécdotas, sueños, hablar de la vida, jugar a las cartas… Estos momentos nos unieron muchísimo.
Mi principal inquietud era el no saber cómo sería la convivencia con los compis de trabajo. La clave fue que todos compartíamos el mismo objetivo: descubrir cómo sería teletrabajar viajando y, sobre todo, ir con la mente abierta y con ganas de disfrutar de la experiencia. Quién me iba a decir que lo mejor que me llevaría de este viaje, sin duda, sería la amistad que hemos hecho. No os podéis imaginar lo que he aprendido de cada uno de vosotros. ¡Máquinas!, ¿Cuándo hacemos el siguiente?
Por supuesto nada de esto hubiese sido lo mismo sin las catas de Durian de Ana, los vídeos aesthetic de Airas y el Booking nivel 10000 de Fani ❤️
Así que si tenéis la suerte de poder teletrabajar os animamos a salir de vuestra zona de confort y probar a hacerlo desde otro lugar del mundo ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Encontrarte una cucaracha en tu bolsa de aseo?
Eso sí, no olvidéis sacaros el CDM (preguntad a Fani para más info).
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En la arena, en el césped o donde te parezca
Para muchos, las vacaciones de verano son sinónimo de tiempo para leer por fin ese libro que lleva meses abandonado en la mesa. Así que si ese es tu caso, te dejamos por aquí varias recomendaciones de nuestros compañeros de mendesaltaren. 📚✨
Novelas
Bastarda de Dorothy Allison
En la tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong
La familia de Sara Mesa
Una vocación imposible de Juan José Millás
La mujer helada de Annie Ernaux
Paseos por Roma de Stendhal
Novelas gráficas
Hierba de Keum Suk Gendry-Kim
La alegre vida del triste perro Cornelius de Marc Torices
Ensayos
Enfermas: Una historia sobre las mujeres, la medicina y sus mitos en un mundo de hombres de Elinor Cleghorn
Buscaba la belleza de Jesús Terrés
El valor de la atención: por qué nos la robaron y cómo recuperarla de Johann Hari
No me gusta mi cuello de Nora Ephron
Summer pics
Y, siguiendo un poco con este mood veraniego, hemos querido dedicar esta sección a compartir la obra de algunas fotógrafas que consiguen acercarnos a esa sensación de tranquilidad y paz mental que tanto necesitamos a veces:
Lauren Withrow
Nacida y criada en Texas, Lauren empezó con la fotografía a los 15 años. Habitualmente reside en NY y sus retratos e imágenes de moda están muy influenciados por el cine.
Hoy os queremos hablar de la historia detrás de esta captura ya que nos apetecía compartir también los insights de la artista. Como decíamos, era de un pueblo muy pequeño de Texas y nunca sintió que perteneciese realmente a este lugar ya que era muy conservador pero a los 20 años tuvo que volver para cuidar a su madre y este suceso la hizo reconectar con su pasado y querer saber de dónde venia. Empezó a hacer una serie de fotografías documentando el estado natural de su grupo de amigos de una forma casi cómica.
Una noche estaba pasando el rato con sus amigas en una piscina bebiendo cervezas y como no había nadie alrededor decidieron ir desnudas. La escena luce hedonista pero en ese momento nadie sabía que su amiga estaba embarazada y muy confundida al respecto. Muchos condenarían esto como una imprudencia pero también pensó que mucha gente podría verse reflejada en ese estado de confusión emocional.
Layna Fernández
Contrastando un poco con lo anterior también nos ha parecido muy interesante las dos realidades de Cuba reflejadas en esta serie de fotografías de Layna Fernández en las que consigue plasmar de una forma muy realista esas dos caras existentes en muchas ciudades masificadas por el turismo.
Marta Martín
Y para cerrar la summer edition, un poquito de costumbrismo de la mano de Marta, cuyo feed consigue teletransportarnos a esas ferias en las plazas de los pueblos, playas y demás escenas de un verano que esperemos sea reparador.
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