👋🏻 Hey folks
El cuerpo humano es sabio y por ello se comunica con nosotros constantemente para hacernos saber cómo nos encontramos por dentro, lo difícil es atender a esas llamadas, escucharlas, interpretarlas y lo más importante, actuar.
Hoy nuestro compañero Diego, Product & Brand Designer en mendesaltaren, nos comparte una reflexión en la que plantea un paralelismo entre los baches y los parones en el ámbito deportivo junto a nuestro trabajo como diseñadores y nuestra vida en general.
Qué solemos hacer ante la incapacidad, los cambios, lo imprevisto… Está claro que no podemos controlar lo que suceda en nuestra vida, aunque pensemos que sí, pero saber identificar estas situaciones e intentar vivirlas de otro modo nos puede ahorrar mucha frustración.
Lesionarse
por Diego Sintas
¿Sabes identificar los momentos en los que hay demasiado volumen, demasiada intensidad o demasiada rapidez?
En el ámbito profesional seguramente te hayas enfrentado a etapas comparables a las lesiones deportivas. No siempre estamos en la cima de nuestro juego. Muchas veces ni siquiera a la mitad de nuestras capacidades. La sensación de vivir un momento donde la motivación y la concentración parecen estar a la baja también es parte del viaje.
Este paralelismo entre lo profesional y lo deportivo revela peligros comunes que yo, siendo una persona que se lesiona con relativa facilidad, intento afrontar desde lugares un poco distintos al discurso imperante. ¿Qué discurso? El típico plagado de terminología grandilocuente: resiliencia, adaptabilidad, superación. Casi nada. Estas palabras, aunque bellas y poderosas, pueden generar -y frecuentemente generan- una presión innecesaria.
Este análisis me lleva a la siguiente pregunta:
Como sociedad, como deportistas, como profesionales, como diseñadores, como personas… ¿Realmente consideramos las lesiones como un proceso de recuperación necesario para nuestro desarrollo con todo lo que eso implica? O… ¿Más bien nos enfrentamos a ellas desde la autoexigencia y la ansiedad por superarlas cuanto antes?
Los procesos de recuperación suelen ser laberínticos, y una buena puerta de salida es responder a esta pregunta: ¿qué necesitas para recuperar tu energía?
Poco a poco amplío la cartera de recursos para mejorar la gestión emocional en estas etapas. Las lesiones me han hecho ver que tener una buena gestión emocional en casos de riesgo es algo imprescindible para ser un buen deportista. Y también un buen profesional. Y también mejor persona.
Desde pequeño las lesiones me enseñaron a ser multidisciplinar. Nunca puse foco en un deporte, practiqué muchos en función de mis limitaciones. Eso también forma parte de mis recursos. El estar abierto al cambio para poder seguir disfrutando en otro lado, de otra cosa.
Como decía al principio, es útil ser consciente. Tomar conciencia de que las cosas pueden pasar -y pasarán en algún momento- es ir un paso por delante. Reconocer las lesiones como etapas esenciales del juego también me ayuda a darle más valor a los momentos donde me siento conectado y a ubicarme dentro de esa gráfica vital impredecible.
Tenemos muchísimos referentes de casos de éxito deportivo y profesional. Pero, ¿y de casos de lesión?
Kilian Jornet decía allá por 2013 tras lesionarse en la ultramaratón de montaña Diagonale des Fous (Diagonal de los locos): ‘No quería tomar analgésicos porque esconden el dolor y el dolor es necesario para saber si vas a sufrir una lesión o no. Mi desafío ahora es descansar y no hacer casi deporte.’
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Compañero de bolsillo
Estas semanas ha surgido mucho interés por un nuevo producto que salió hace poco al mercado y que busca simplificar al máximo la experiencia de las personas al interactuar con el basto mundo de internet.
Nos referimos a ese pequeño artilugio naranja bautizado como rabbit, cuyo modelo r1, tiene como objetivo unificar y minimizar todas las acciones que puedes hacer con las apps de tu teléfono usando solo la voz y basándose en IA. Algo así como un Walkie Talkie inteligente.
Aunque la interacción por voz es lo principal del producto, también dispone de una pequeña pantalla para acciones sencillas, una cámara giratoria, un botón y una pequeña rueda. En el diseño del dispositivo se nota la influencia de teenage engineering, de los que ya hemos hablado anteriormente en esta newsletter.
Te dejamos aquí la keynote del fundador para que veas con más detalle qué ofrece esta interesante propuesta, y te avisamos que por ahora ya está agotado.
Estaremos atentas a su evolución. 🤓
Helen Liu Fong
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial y sus desastrosas consecuencias, la sociedad estadounidense buscó recuperar la esperanza mediante una visión optimista de la vida, dando inicio a un contexto hiperconsumista que generó, entre otras cosas, nuevas estéticas arquitectónicas. En este contexto, surge un estilo poco conocido e investigado en este lado del Atlántico: la arquitectura Googie, y una de sus principales figuras, Helen Liu Fong.
Fong nació y se crió en el distrito chino de Los Ángeles. Su infancia estuvo marcada por el esfuerzo que significaba para una familia migrante vivir en Estados Unidos, tener una lavandería familiar y aprender también su lengua materna. En un contexto cultural donde se esperaba que las niñas, especialmente las chino-americanas, fueran madres y amas de casa, el pragmatismo y el esfuerzo de superación de sus padres le permitieron desafiar las normas de su cultura y género. Gracias a ello, Helen pudo recibir una educación superior en la Universidad de California y Berkeley, donde completaría sus estudios de urbanismo y arquitectura en 1949.
Una vez graduada, Helen regresó a Los Ángeles y obtuvo su primer trabajo como secretaria para el arquitecto Eugene Choy, donde adquirió conocimientos administrativos en el campo de la arquitectura. Dos años más tarde, comenzó a trabajar para Armet and Davis.
Más conocida por su trabajo como interiorista para las icónicas cafeterías de estilo Googie de Armet and Davis, Fong tenía una destacada atención al detalle e integraba sin problemas elementos de interior y exterior. Diseñaba desde las cabinas hasta los taburetes, sillas y mostradores, accesorios de iluminación así como la elección de materiales y elementos de diferentes épocas y culturas según las necesidades del cliente.
Algunos de los proyectos más reconocidos de Fong, todos ellos en Los Ángeles, incluyen el Holiday Bowl en Crenshaw Boulevard, el primer restaurante Norms, Johnie's Coffee Shop y el restaurante Pann's, que aún sigue funcionando, en el 6710 de La Tijera Boulevard.
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