👋🏻 Hey folks
Muchos diseñadores de producto trabajamos muy cerca de la industria de la moda. Una industria cíclica y en constante evolución.
Bea Lorenzo es Product Designer en mendesaltaren y una gran apasionada y conocedora de esta rama del diseño. Gracias a ella, hoy nos acercamos a los retos a los que un diseñador se puede enfrentar en este sector. Retos muy variados, desde diferenciar en un producto el cambio de temporada hasta proyectar un futuro sostenible para las marcas.
Y aunque ahora la moda tiene que mirar más que nunca hacia adelante siempre tendremos presente una historia llena de diseños icónicos y pioneros. Hoy en concreto hablamos de la creadora de la minifalda, un hito que supuso un punto de inflexión en nuestra forma de vestir.
Diseñar producto digital en moda es como una carrera de fondo
por Bea Lorenzo
Antes de empezar a escribir he dedicado unos minutos para intentar definir la palabra “moda” sobretodo porque en mi alrededor paso los días escuchando dos frases:
“Busca que el diseño respire más moda”
“No iría por ahí, esto no es moda”.
Cuando hablamos de moda enseguida nos viene a la cabeza prendas, formas de vestir, complementos e incluso gustos que marcan una tendencia en un periodo de tiempo determinado. Pero ¿somos capaces de definirla?
En los años que llevo dedicada al sector, el síndrome del impostor ha llamado varias veces a mi puerta con las míticas preguntas de ¿cuál es el papel de una diseñadora de producto digital en el sector de la moda?, ¿dónde está el manual que explique cómo se hace una web o una app que respire moda?, ¿cuál es la mejor decisión que puedo tomar?…
El trabajo de un diseñador consiste en crear experiencias digitales que permitan conectar una marca con usuarios finales, la complejidad viene cuando el producto sobre el que estamos trabajando y dando visibilidad se encuentra en constante evolución y cambio.
Cada año la moda tiene dos momentos claves donde las marcas sacan sus colecciones más relevantes que definen un ciclo nuevo en la industria: temporada primavera/verano y temporada otoño/invierno.
Estos hitos definen el comienzo de nuevos estilos y tendencias. Un producto digital enfocado al sector de la moda busca acercar a los consumidores lo más novedoso y lo más inspirador, por ello, tiene que estar en constante evolución y acompañar sus productos novedosos con actualizaciones en su diseño.
De ahí la importancia de la velocidad a la que se tiene que resolver los problemas y el reto de lograr estar siempre en el foco de las tendencias.
Otro dato relevante del producto digital es lograr ser un espacio que haga destacar las fotografías de los productos y envuelva al usuario a una experiencia donde se sienta atrapado y tenga interés por ver más.
Como profesionales somos capaces de identificar cuando algo es un buen diseño, pero la complejidad viene cuando tenemos que tomar una decisión de si realmente ese diseño va a lograr el impacto que buscamos.
En el tiempo que llevo trabajando en esto me he dado cuenta de que en realidad la mejor decisión que podemos tomar es la de hacer y luego analizar el impacto, tanto si es bueno como si es malo.
Si es bueno sabrás que has acertado y si es malo te llevarás un aprendizaje. A la hora de la verdad, la mejor forma de aprender es haciendo. Las hipótesis es una base sobre la que trabajar pero no te da resultado final.
Para finalizar, me gustaría terminar con un consejo que no es mio pero me ha acompañado en estos dos últimos años.
“Confía en ti mismo y tu criterio, toma la decisión que mejor se ajuste a la situación y prepárate para iterar lo más rápido posible”.
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Cada vez más retos
La industria de la moda es precisamente una de las que más nos lleva a la reflexión, y esperamos que cada vez más, porque así funciona la emergencia climática, no da tregua.
Esas camisetas baratas que podemos conseguir en cualquier lugar que se nos antoje representan a una de las industrias más contaminantes del sistema. Y como es de esperar las grandes empresas del sector no son ajenas a esta situación, cada vez son más las que buscan enfrentar el futuro para tener futuro.
Los retos que tienen por delante son innumerables, e implican un transformación casi radical que necesita ir acompañada del diseño como motor para trazar ese camino.
Los diseñadores como bien nos ha explicado nuestra compañera Bea, tienen que tomar la decisión de “si realmente ese diseño va a lograr el impacto que buscamos”, un impacto que tiene muchas caras y una de ellas es la transformación hacia la sostenibilidad.
Un reto inmenso en el que los diseñadores jugamos un papel crucial.
Mary Quant
Y con motivo del primer aniversario de su fallecimiento, hoy conmemoramos a un icono de la moda que dejó una marca imborrable en el mundo textil, marcando un antes y un después en la industria.
Nacida en Londres de padres profesores, Mary Quant estudió para ser maestra en esta misma ciudad y conoció allí al que sería su marido y socio. Junto a él abrió Baazar en 1955, una tienda situada en King’s Road que se convirtió en el punto de encuentro de las nuevas generaciones británicas que ansiaban un cambio.
Fue responsable de popularizar las boutiques de moda modernas, la minifalda y una de las máximas exponentes del aperturismo en la década de los sesenta en Inglaterra. Aunque comenzó vendiendo ropa de otros, pronto empezó a elaborar sus propios diseños, reinventando el uso de tejidos y colores. En un contexto donde la moda estaba dominada por modistas privados o importaciones de Francia, Mary Quant acercó la moda de lujo a personas de diferentes clases sociales, en especial la clase obrera.
Sus prendas estaban pensadas para favorecer la libertad de movimiento y se inspiraban en la ropa de niño y en la danza. De todas sus creaciones, la minifalda fue la más revolucionaria, una nueva forma de vestirse que le daba libertad a las mujeres.
Aunque se retiró de la moda en el año 2000, se calcula que más de siete millones de personas en todo el mundo conservan en el armario una prenda de la diseñadora, cifra que refleja la trascendencia de su trabajo.
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